De nuevo contamos con nuestro colaborador Rafael Almena, esta vez en la reseña de la
nueva película de Sánchez Arévalo.
¡Disfruten!
La
gran familia española (2013) es la cuarta película de Daniel
Sánchez Arévalo, uno de los mejores directores/escritores del cine
español actual. Debutó con un exitazo como AzulOscuroCasiNegro;
siguió con Gordos, excesiva en todos los aspectos y hasta
ahora la más floja; y más tarde llegó Primos, buenísima
comedia con un gran Raúl Arévalo.
Su
última película comparte la misma temática que toda su obra
anterior y que se explicita en el título: la familia. La familia
auténtica, la que muchas veces da más disgustos que alegrías. La
historia trata sobre la boda del benjamín de una familia de cinco
hermanos el mismo día en que se celebra la final del mundial en la
que juega la selección nacional. Esto no es más que una anécdota,
puesto que el argumento poco incide en ello. En mitad de la
ceremonia, el padre sufre un ataque cardíaco, por lo que todo se
paraliza; mientras esperan a que se recupere, los hermanos intentarán
resolver los problemas a los que tienen que hacer frente.
Todo
el reparto realiza una gran labor, si bien el que se queda algo corto
es Patrick Criado, que interpreta al novio, al que parece faltarle
algo que al resto de actores les sobra: naturalidad. Es preciso
destacar la actuación de Antonio de la Torre, que bien podría
hacer de figurante porque siempre dota de espontaneidad y cercanía a
cualquiera de sus personajes, consiguiendo un gran equilibrio en su
interpretación que hace reír y llorar a partes iguales, al igual
que sobresale Roberto Álamo, que realiza el papel de un deficiente
mental que podría haberse quedado en la parodia, y que por el
contrario, resuelve la papeleta haciéndose con uno de los personajes
más entrañables de la cinta.
Respecto
al trabajo de Sánchez Arévalo, hay que señalar lo difícil que es
contar de manera cómica un drama tan gordo, ya que el hecho de que
al padre le dé un ataque el día que se casa el hermano (¡de 18
años!) porque ha dejado embarazada a su novia, puede ser algo
increíble en cuanto a la cercanía con la que se suceden los hechos,
pero no por ello es algo para tomárselo a broma. La historia se hace
ligera y es creíble hasta una de las escenas del final, que podría
parecer demasiado peliculera,
pero al fin y al cabo se trata de una película, y si contase una
trama idéntica a la vida real , quizá acabaría por ser demasiado
aburrida.
Aún
así, es una suerte que en nuestro país se hagan películas tan
amenas y divertidas, y que al mismo tiempo, inviten a la reflexión
como en este filme de Sánchez Arévalo. Yo ya espero impaciente la
próxima película de este gran, gran director.
Rafael Almena
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