In another country



In another country (2012), Hong Sang-soo

Por fin llega algo de Hong Sang-soo a nuestro país, y es que éste es el primer filme del director disponible en las salas comerciales españolas. El director surcoreano viene de la mano de una camaleónica Isabelle Huppert para contarnos tres historias paradójicamente distintas y parecidas a su vez. Al director, que se sabe apreciado por la crítica, no le importa ser un desconocido para el público general, y aprovecha este extraño privilegio para trabajar con más libertad sin forzar elementos con una aspiración comercial. Sang-soo, a pesar de estar rascando la superficie de lo humano, utiliza una puesta en escena que podría parecer poco delicada: planos-secuencia, poco montaje, zoom-in en lugar de cambiar a planos más cortos cuando se trata de secuencias íntimas y emocionales... Pero no debemos caer en el engaño, ésta es la marca del director.


Hong Sang-soo introduce a Anne, una extranjera francesa (Isabelle Huppert), en Corea, su entorno habitual. Ella, en los tres distintos papeles que encarna en cada una de esas historias, se mueve en ese lugar extraño y ajeno y hace por adaptarse a esa cultura, en ocasiones con tintes de comedia. El director juega con la narración y se recrea en ello, mostrando tres relatos los cuales transcurren en el mismo lugar, con la misma actriz protagonista, pero con distintos personajes y una historia diferente. Lo curioso de todo este juego es cómo esos tres mundos parecen conectados como si se dieran tres universos paralelos en el mismo lugar, ofreciendo al espectador un aire de laberinto, jugando con diálogos e historias parecidos pero no iguales. La sensación de déjà-vu no abandona al público durante toda la película, ya que incluso algunos objetos y hechos se repiten en varias de las historias, lo que las hace parecer interconectadas entre sí. Aunque esto puede resultar a veces un error: hay ocasiones en las que este estudio sobre la narración descoloca un poco, incluso cansa, sobre todo cuando se dan aquellos diálogos tan parecidos entre sí, conociendo el espectador ya cada palabra del mismo y cuál será su desenlace.

Aun así, este juego hace de la película algo ligero, digerible, ya que no llega a profundizar mucho en ninguna historia pero aun así se puede abstraer el gran tema: la esencia del hombre, el amor, el error, el engaño, la pasión, la infidelidad; todo aquello que nos hace humanos.
A pesar de esa segunda lectura, quizá el que En otro país carezca de profundidad lleve a la sensación de que no tenemos tiempo apenas para identificarnos con el personaje, entender cómo actúa y qué siente, por lo que de película ligera puede pasar a ser olvidable.


En otro país es un filme agradable en cualquier caso. Probablemente cada persona saque algo bueno de él, y creo con firmeza que el público disfrutará de la película, además de que gracias a la experimentación con el relato, pueda inducirle un aire nuevo a aquel espectador que no esté muy acostumbrado a ver cine con esa clase de indagaciones meta-cinematográficas.

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